El mate tiene virgen propia, aunque no hay un hecho milagroso relacionado a esta Señora Gaucha. No se le apareció a ningún campesino ni curó a un niño enfermo. La imagen la encargó un monje a la pintora María Inés Rosñiski, para que hubiera una virgen cercana a la gente y “bien argentina”. Igual, muchos litoraleños le rezan, le piden, le agradecen.
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