Obedeciendo a costumbres regionales en algunos casos o a su propio gusto o curiosidad en otros, algunos cebadores suelen agregar a mate distintos aditivos con el fin de modificar su sabor, aroma o apariencia. Si bien no existen límites ni convenciones al respecto de la calidad o cantidad de los mismos, se enumera a continuación los más comunes:
Cáscara de naranja o limón fresca o seca;
Gajo de menta, yerbabuena, poleo, cedrón, peperina, boldo, u otro yuyo fragante;
Una cucharadita de café;
Yema de huevo revuelta en azúcar molida agregada en cada cebado (muy vistoso por la espuma que forma).
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